
No puedo contraminar tu aire, no temas, que no pretendo ahogarte en ese humo que alguna vez te inmiscuí. Lo sé, no es tu favorito como el mío, lo sé. Y sí, aún fumo, menos que antes pero ahora tú respiras mejor que yo…
Mientras tú compones frases y melodías que emanan de tus dedos, yo le bailo a la nada con lágrimas por todo el cuerpo sin saber a dónde ir. Y le envidio a tus días y al modo de llevarlos…
Es bueno saber que tengo la vida como excusa para llorar. Es bueno saber que estás bien y ella te quiere. Es bueno saber que ya no soy motivo de tristezas ni de recuerdos melancólicos. Es bueno saber que la guitarra sigue siendo tu adicción…
Tú sigues cantándole a la vida. Yo sigo sin saber de la vida como lo sabes tú, o de esas cosas que me enseñaste tiempo atrás que –la verdad- no quise aprender.
Envidio esa tus lágrimas que ahora son una suerte de besos correspondidos. También envidio la suerte que te lleva a caminar de la mano con el amor. A lo lejos veo que eres el mismo, tan simple como el viento. Que envidia dejar de lado los prejuicios para seguir siendo tú. Que envidia tener “ese” poster de The Beatles y ser fanático de Charles Ch.
2 comentarios:
io tb lo envidiaria, si no me gustase tanto estar perdido.
jaja, tu naciste para estar perdido Vick! que se le puede hacer...
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