miércoles, 9 de diciembre de 2009

ENVIDIA




No puedo contraminar tu aire, no temas, que no pretendo ahogarte en ese humo que alguna vez te inmiscuí. Lo sé, no es tu favorito como el mío, lo sé. Y sí, aún fumo, menos que antes pero ahora tú respiras mejor que yo…

Mientras tú compones frases y melodías que emanan de tus dedos, yo le bailo a la nada con lágrimas por todo el cuerpo sin saber a dónde ir. Y le envidio a tus días y al modo de llevarlos…

Es bueno saber que tengo la vida como excusa para llorar. Es bueno saber que estás bien y ella te quiere. Es bueno saber que ya no soy motivo de tristezas ni de recuerdos melancólicos. Es bueno saber que la guitarra sigue siendo tu adicción…

Tú sigues cantándole a la vida. Yo sigo sin saber de la vida como lo sabes tú, o de esas cosas que me enseñaste tiempo atrás que –la verdad- no quise aprender.

Envidio esa tus lágrimas que ahora son una suerte de besos correspondidos. También envidio la suerte que te lleva a caminar de la mano con el amor. A lo lejos veo que eres el mismo, tan simple como el viento. Que envidia dejar de lado los prejuicios para seguir siendo tú. Que envidia tener “ese” poster de The Beatles y ser fanático de Charles Ch.

2 comentarios:

V a v o dijo...

io tb lo envidiaria, si no me gustase tanto estar perdido.

INCRUSTADA EN LA INEFABILIDAD dijo...

jaja, tu naciste para estar perdido Vick! que se le puede hacer...