sábado, 12 de julio de 2008

FUMÉMONOS UNA CONVERSACIÓN


Eran las tardes de cigarrillos, las últimas que recuerdo con nostalgia. Cigarrillos verdes, que en invierno nos unía.

La inocencia se quedó allí, ahogada por tanto humo, muerta con los pulmones destrozados, fatigada hasta extinguirse y nuevamente alejarnos. Tu camino resultó diverso geográficamente al mío.

Extraño las noches con forma de bicicleta bajo la lluvia, la vida entre claves se ciñeron a las tardes de comprar el pan, las noches sobre las piedras con historia, sabían bien cuando no había hazaña para la reunión.

Conversemos una vez más, enséñame una lección divertida con tu profesionalismo oculto. Escribe y escríbeme nuevamente como lo sabes hacer con tus aires de poeta humilde y enclaustrado. Trilingüe ya eres si no me equivoco, pero no te equivoques al saludarme, no me cambies las palabras que aun quiero tener tus claves.

No te olvides de los secretos blancos, recónditos e inocentes que aún guardamos en el mejor escondite de nuestros ocho años, mantenlos ahí hasta que volvamos a encontrarnos con más libros que intercambiar y más cigarrillos que fumar al platicar. No te confundas al disertar tu consejo más sublime, que oscile con tu risa de cada estación, con egoísmo al verano por favor.

Escribamos las canciones, o cartas que puedan caminar quince pasos hacia al frente. Escribamos sobre el cuaderno viejo con rimas que causan risa como la palabra “manzanilla”.

Que no se los lleve el humo con pereza que se queda en la mente y en las ganas de hacerlo una vez y otra vez. Timbra sólo una vez a mi casa que cenaré rápido a matar ese tiempo que nos ha separado. Timbra sólo una vez y haré mis cosas sin pensarlas, y poder hacer amigos en la noche. Tímbrame a casa sólo una vez y saldré por mi ventana para que nos sospechen de nuestros encuentros abusivos. Yo lo haré mañana por la noche, pero ven a buscarme y hallaré permiso. Si tu vas yo voy.

Fíate de mí, como siempre lo has hecho, pero agrégale mas fuerza que en los días venideros tendrás buen aura y no estaré. Pesan más los recuerdos que la cajetilla que cargo a tu nombre. Marchemos hasta esa tu oratoria clausurada por la interrogación de los demás. Caminemos hacia donde ya no hayan perjuicios y trasfondos turbios de los seres que más confiemos, no busquemos testaferros por favor, que no lo hallaremos.

Me vuelvo a la noche que nos dejaron solas. La noche que detestamos por minutos sin conocernos, el hacer nada abrió campo a la persona que influyó en mí en los sentidos existentes. Me vuelvo perdiendo el sentido real y encontrándote bajo la lluvia negra de mis añoranzas perdidas o dejadas en algún lugar.

Recojo mis pasos en cada cuadra del lugar que nos vio crecer. Recorro la calle que en algún momento fue espacio saturado de reuniones aforadas, siempre, siempre de noche, que incitaban a los inconvenientes blancos como nuestros secretos, blanco como el auto que se estacionó frente a nuestra sorpresa tras el grito que cayó en ti por confusión.

Me vuelvo ahora sola, ya sin cigarrillos, pero vuelvo a la no realidad con fotos y cartas que pasean por sitios casuales. Visítame, hazlo ahora.

TU AUSENCIA

La alegría tocó su puerta, el triunfo se asomaba con timidez por lares que nunca quise ver llegar. La idea no era concisa, los días no eran pensados pero las ganas de su lado, se ponían de pie, aunque la mayoría dudara.

Triunfo que iniciaba. Alocada por dejar su hogar, salió a extrañarnos más y valorar quizá algunos puntos que los ve desde otro ángulo ahora.

Y yo esperaba en la ventana a que regresara, cada fin de semana, porque las noches no eran las mismas, y quería escuchar su voz, quería cantar de noche con ella, quería que se fuera la luz para que me haga una casita acogedora con almohaditas. Quería pedirle permiso y derrumbarme sobre ella, saltar y crear una broma que le gustara hasta que riera sin parar…

La esperaba, queriendo vivir los pocos días que se prestaban para retomar los moentos distintos pero no ajenos.
Ella ya no estaba. Se fue y la casa quedó muy grande, se fue, y se llevó parte de mi sonrisa. En las mañanas desayunaba con su rostro a medio terminar, esperando que me dijera algo. Por las tardes la esperaba vanamente, alucinaba su destreza realizando sus tareas con esa mesura que la identifica y no se pierde, con esa concentración arcaica que sólo ella tiene. Las noches si eran pesadas, a ellas no podía engañar.

Quería ser como una bolsa perdida en la noche, tan frágil y sencilla para que el viento me llevase hacia ella y poder conocer su nuevo espacio. Adentrando a los nuevos límites de sus días. Frenéticamente triste por conocer si la pasaba mejor por allá que conmigo.

Ese primer mes se cayó en mí, los días pesaban y las noches no querían dormir. La demencia de tu ausencia trasladó mi habitación, para dormir con un mundo que fue tuyo cuando adolecías de todo un poco hasta querer alejarte. Tus objetos extraños siguen aquí, tú no estás, no te preocupes que te espero, no desesperes que falta poco. Yo aprendí a convivir con tu ausencia, yo aprendí a hacer bromas sin tu veredicto, yo aprendí a no treparme de tu cuerpo. Ahora, ¿me contarás que has aprendido?...

Hay bonanza incrustada en mi, sobre esos dos caminos, también la habita. Los días oscuros y las paredes negras se marcharon al ritmo de tu buena fe que nadie daba crédito.

El atuendo negro quedó en el colgador olvidado por la mujer que lleva un arma todos los días sin temor. Los tétrico paisajes de los caminos, ahora los traza con borceguíes pesados sobre el arenal. “La mamita” descolgó el teléfono de hogar, para camuflar su pequeño aparato entre colchones rotos. Y la comida escogida ahora la esconde para engullirla cuando el silencio la acompañe luego de las 9:00 pm. No hay mas púas en sus brazos, excepto por donde rampa.

Esta es una más para ti y para mi. Vi caminar esos cinco años, de los cuales cuatro llegué a entenderlos con una resignación moderada a la mentira. ¿A dónde irás ahora?
Que no se detengan tus pasos, y mucho menos que se alejen, bienvenida una vez más a este que paree tu segundo hogar, bienvenida a esta tu segunda habitación, bienvenida a lo civil, eso es falacia. Tu nuevo hogar de color verde te espera y bienvenida una vez más a la añorable ausencia de ti.

jueves, 10 de julio de 2008

¿QUIÉN ERES?

Alguien trató de hallarme poniendo al cielo y sus componentes a mi alcance, como si estuviesen dispuestos a ser alejados de la gravedad que los abraza. Entrégate solo y no seas cobarde. Entrégate a la verdad y no interpongas seres gravitacionales que dependen de otros.

Aprovecha el invierno que puede ser tu cómplice por algunos días. Conquista primero al tiempo que me ha robado mucho. Marca los días festivos con una sonrisa hecha mirada.

Alguien trata de encontrarme destruyendo al paso que va, como si el mundo fuera suyo. Porque no me hablas de poesía improvisada, porque no me obligas a que baile bajo la lluvia entre tu humo. Porque no me escribes oraciones complicadas pero bonitas, enredadas pero ciertas.

Alguien me presta alas que no quiero usar porque no quiero caer en la realidad en la que ya vivo. Como si por tus frases trilladas me convirtiera en ángel. Porque no me llamas como el 3,1416. Porque no me regalas un halls de luto que me haga sentir frio.

Que este invierno no entuma tu cerebro, camina en busca pero no me busques. Conquista primero al invierno que el hará su tarea de mensajero. Pero no obligues a tu cuerpo a soportar el hielo en aire.

Alguien me sigue acosadoramente y con ojos poseídos por sus días perdidos. Como si yo fuera su complemento sentimental perdido. Porque mejor no me prometes algo que no vas a cumplir, cumpliéndome con decírmelo. Porque mejor no jugamos a conversar en serio y sin mirarnos.

Porque no me enseñas tus letras de poeta con complejo de caballero de antaño. Porque no me enseñas como es que embriaga tu madrugada insomne y bailas conmigo al compas de la lluvia.

Alguien trata de hacer lo que tú haces, con acciones absurdas y en peligro de temor. Plantea mas alternativas, ¡vamos hazlo!, no te quedes de pie solo con el sueño sin sueño. Déjame el cigarrillo para después y mándame otra señal sin humo.