miércoles, 1 de octubre de 2008

MENTIRAS

No preguntes como me siento, que la rabia se apodera de mí. No preguntes en quién confío porque debo suponer que lo hago en mí. Abandona las teclas y deja que florezca estas letras que lo hago en nombre de tu mentira.

Deja la noche y cuelga tu ropa de casa que te espera la cita social. No trates de conocer la verdad hiriente que baila al ritmo de la noche que dejaste en blanco.
Ya aléjate de de lo oculto que sabe a mentira, camina sin volver porque estoy encontrándote sin querer. Mantenme al alcance de las verdades. No trates de buscar respaldo en tu ironía, que no te cueste obviarlas ni matarlas. Allana la situación comprometedora que adeuda una explicación. Utiliza tu sarcasmo que es tu mejor arma contra mi escudo impenetrablemente malgeniado.

Abandona la noche, que no merece ser dañada con la ficción de tu escrito moderno que improvisaste con un fin desconocido. Da un paso al costado que la noche se queda más sola que nunca, y déjala llorar por un ovni que nunca vio. Alerta al día siguiente, vigila que la noche se duerma tranquila, que le acompañe la luna con su delicada luz.

No le digas que sus constelaciones son hermosas cuando no las conoces a totalidad, no prometas tocarla porque no alcanzarás su infinito misterio hecha furia. Opta mejor que su silencio calme tus intrigas y si puede llorar, que lo haga, quizá veas la claridad después de su tormenta justa.
Abandónala ahora que quiere hacerse día, espérala a que se ponga sus estrellas coquetas sin perder la distancia de conversar a su luz precisa, que no la dañe, que no la moleste. Esperará la luz, su luz lunar convirtiéndose en gama de colores nuevamente para fertilizar su humor.

Así está mejor, el aire se puede sentir libre y sin versión, que se oculte el sol, pero no trates de esconder sus rayos que incomodan. Así está bien, deja que las sombras bailen al ritmo del silencio extraviado y deja partir las frases que nunca dije.