viernes, 26 de septiembre de 2008

A SELE (papá)

Estás en mi mundo globalizado, y quizá no te des cuenta. Añoro los días hogareños con tu presencia a mi lado y tu manera de hablar con mando tierno.
Te digo que te quiero, pero tal vez estoy muy lejos que no alcanzas a oírme. Te digo que te extraño pero sé que no logras escucharme. La vida me cambió, tu ausencia se sintió y mis días ya no son completos. Ahora entro a esa mi seudo casa y veo a otro hombre que no lleva mi sangre. Respiro hondo y trato de no desfallecer.

Extraño tu sonrisa y tu manera de hablar. Te extraño y quiero agradecerte el haberme enseñado caminar y a crecer a tu lado. Pero… ¿dónde estás? ¿Por qué te ocultas bajo ese resentimiento iluso?, ¿por qué no quieres mirarme a los ojos, ¿ por qué? no quieres abrazarme si tu también mueres por hacerlo como muero yo.
Ya son dos años de soledad paterna y tristeza al viento. La calle se acelera al ritmo de mi corazón al verte pasar, pero no me oyes y mucho menos me ves porque aun llevas puesto la venda del dolor comprensible. Y mi sonrisa se asoma tan tímida y con temor. Mis ojos se humedecen al seguir tu imagen a lo lejos.

Son segundos eternos de amor, mirada a distancia que se lo lleva el viento frio que estremece mi cuerpo al ver cuando pasas ciego ante mi figura, viento frio que siento cuando te alejas y sólo me quedo con los recuerdos que me exhortan a seguirte con mis búsqueda sigilosa .
Pero no me importa que el viento se lleve ese cariño a medias que se interrumpe al llegar a ti, no me interesa pensar en tus negativas ideas que se apoderaron de tu mente al irme de tu lado.
Vi el tiempo cruelmente ante mis ojos. Las horas eran inciertas y los segundos me dañaban porque venían con tus recuerdos. Los años regresaron a mi cuarto, proyectando el video mental de infancia vividos entre tus brazos y consejos.

Mis noches, tampoco son las mismas. Las veo desde un lugar diferente al tuyo, pero bajo el mismo cielo y con eso me conformo. Me alejé de ti, pero tu no lo hagas, porque sabes que te amo y tu a mi. No huyas de mí y déjame quererte un vez más, como antes…