domingo, 30 de noviembre de 2008

MIEDO

Tengo miedo del terror que ya no se oculta. Cada día mueren más inocentes y otros que no lo son, pero mueren. Los días pasan con temor y yo no quiero que transcurran. Te quiero a mi lado siempre. Siento ser muy egoísta, no cuides a nadie, cuídate tú. No seas valiente porque la cobarde soy yo, y estoy asustada.

¿Qué es lo que hacen los grandes integrantes de nuestro país por ti, por los otros?, ¿cómo te cuidan para que sigas cuidándonos?
La injusticia avanza y tú te haces más valiente mientras yo voy mordiéndome los labios y quemando el cerebro.

Tengo miedo de tu lugar incierto porque no respiraremos el mismo aire. Tu lugar es allá, será ese, no lo sé, no lo sabes. Ahí vas, ahí van ellos sin problemas, sin temores porque otros como tu dan al cara y el cuerpo.

jueves, 27 de noviembre de 2008

ME FALTAN LETRAS

No lo voy a negar, extraño tus cantos y la magia que te sintetiza. No lo puedo negar, me distrae tu presencia que trato de evadir. Camino, ahí estás. Te veo, no te puedo mirar, me vuelvo, tus ojos se escaparon por casualidad, me vuelvo una vez más.

Hay letras y recuerdos en un rincón, peleas casi fingidas y un libro que está apunto de cerrarse y temo que en definitiva. Paseo sin ti, algo me falta, mucho se perdió. Encontré reliquias que son testigos de la relación que no existe. Un escrito que no lleva dedicatoria ni tu rúbrica, pero que carga tu letra, lo mejor que me queda, también duerme una figura comercial junto a las letras que me hacen falta .

No puedo escribir más, mis letras corrieron tras tus pasos y ahora escribes más que ayer. Ya dejé de mirarte, ahora solo te observo, no te sigo por temor a tu mirada y a tu prosa hiriente.
Que absurdas las mañanas sin poder bailar contigo, que sofocantes han sido durante el invierno que no podía derrumbarme entre sus brazos. El silencio ya es mi cruel compañero. Y mientras el viento soplaba a favor desconocido, yo terminaba por descubrirte un poco más. A lo lejos…

Y si me faltan letras, ya no te preocupes, no es culpa tuya, no es culpa mía,
Y si me faltan letras, no me mires más, no lo haré yo,
Y si me faltan letras, sólo veré la tinta…

jueves, 6 de noviembre de 2008

A RENZO Y JONATHAN

Me entretenía mirándolo cuando el semáforo marcaba rojo. Era interesante ver cómo es que mojaba la luna donde baila el parabrisas. Era llamativo el procedimiento meticuloso con el que actuaba: agua con shampú, juran ellos que es. Su botella plástica con agujero en la tapa rosca para que vaya directo al vidrio. En la mano derecha un secador de jebe para culminar con la limpieza al paso. Era inevitable pasar por alto la manera ordenada con que secaba perfectamente la delantera luna. Limpiaba muy bien, aunque él no permanecía igual.

¡Verde!, y Renzo se aparta sobre la vereda a contar los céntimos que tienen en su mano derecha. Su mirada es casi nula, camina despacio, no se apresura a pesar de que los carros pasan muy cerca a él, y no se espanta. Solo espera el cambio de luz para poner en marcha su labor pésimamente remunerada.

Rojo, todos se detienen, menos Renzo, que con premura y casi suplicando, se acerca a limpiarte el carro. Las lunas se bajan, las bajan, ¿pero que pasa? Un movimiento de cabeza, de izquierda a derecha se proyecta al verlo. Se han puesto de acuerdo. Un paso más, una luna más que se cierra. Es verde nuevamente y la vereda sostiene dos cuerpos, hay cuatro piernas y dos manos contando el sencillo duramente hallado. Es Jonathan, de 18 años, que también posee los mismos implementos entre sus manos. Se acerca a descansar mientras los minutos verdes los permitan.

Sus miradas escapan, tienen tiempo de soñar estando de pie, una sonrisa ante la cámara que llevo, sin temor pese a sus fachas y lenguaje. Los retrataba a cada movimiento, les agradaba, reían, yo reía, quería ser una amiga de verdad, no solo de un día.

Avenida La Marina y Universitaria. Las mañanas son de ellos, las tardes también lo son cuando resisten los insultos de personajes estirados ceñidos a un timón y ocultos tras los vidrios polarizados que les gritan “muertos de hambre”, sin saber que en realidad mueren de hambre por la escasez de dinero. Pero no de dignidad.

Renzo de 17, me habla diciéndo “señorita” a cada instante y con mucho respeto. ¿Me vas a hacer una entrevista?- dice tímidamente- Y mientras habla, su rostro queda en mi cámara que no le incomoda, que ni siquiera la siente. Esquivan los autos exponiendo sus cuerpos delgados y hábiles como jugando. Los gritos y el sonido de los cláxones no parecen meterse con ellos. Un céntimo más, un insulto más, un cambio de luz más. Están curtidos y saben defenderse. Les duele, pero ya pisaron fondo a su corta edad. “Señorita si sabes de alguna chambita mejor que esta, pásame la voz” – me pidió Renzo, mientras guardaba mi cámara. Lo miré sonriendo, y él repitió el gesto. Me entendió con al mirada, así que no habrá motivo de detallarlo.

¡Rojo! antes de irme, y este fue un rojo eterno.

miércoles, 1 de octubre de 2008

MENTIRAS

No preguntes como me siento, que la rabia se apodera de mí. No preguntes en quién confío porque debo suponer que lo hago en mí. Abandona las teclas y deja que florezca estas letras que lo hago en nombre de tu mentira.

Deja la noche y cuelga tu ropa de casa que te espera la cita social. No trates de conocer la verdad hiriente que baila al ritmo de la noche que dejaste en blanco.
Ya aléjate de de lo oculto que sabe a mentira, camina sin volver porque estoy encontrándote sin querer. Mantenme al alcance de las verdades. No trates de buscar respaldo en tu ironía, que no te cueste obviarlas ni matarlas. Allana la situación comprometedora que adeuda una explicación. Utiliza tu sarcasmo que es tu mejor arma contra mi escudo impenetrablemente malgeniado.

Abandona la noche, que no merece ser dañada con la ficción de tu escrito moderno que improvisaste con un fin desconocido. Da un paso al costado que la noche se queda más sola que nunca, y déjala llorar por un ovni que nunca vio. Alerta al día siguiente, vigila que la noche se duerma tranquila, que le acompañe la luna con su delicada luz.

No le digas que sus constelaciones son hermosas cuando no las conoces a totalidad, no prometas tocarla porque no alcanzarás su infinito misterio hecha furia. Opta mejor que su silencio calme tus intrigas y si puede llorar, que lo haga, quizá veas la claridad después de su tormenta justa.
Abandónala ahora que quiere hacerse día, espérala a que se ponga sus estrellas coquetas sin perder la distancia de conversar a su luz precisa, que no la dañe, que no la moleste. Esperará la luz, su luz lunar convirtiéndose en gama de colores nuevamente para fertilizar su humor.

Así está mejor, el aire se puede sentir libre y sin versión, que se oculte el sol, pero no trates de esconder sus rayos que incomodan. Así está bien, deja que las sombras bailen al ritmo del silencio extraviado y deja partir las frases que nunca dije.

viernes, 26 de septiembre de 2008

A SELE (papá)

Estás en mi mundo globalizado, y quizá no te des cuenta. Añoro los días hogareños con tu presencia a mi lado y tu manera de hablar con mando tierno.
Te digo que te quiero, pero tal vez estoy muy lejos que no alcanzas a oírme. Te digo que te extraño pero sé que no logras escucharme. La vida me cambió, tu ausencia se sintió y mis días ya no son completos. Ahora entro a esa mi seudo casa y veo a otro hombre que no lleva mi sangre. Respiro hondo y trato de no desfallecer.

Extraño tu sonrisa y tu manera de hablar. Te extraño y quiero agradecerte el haberme enseñado caminar y a crecer a tu lado. Pero… ¿dónde estás? ¿Por qué te ocultas bajo ese resentimiento iluso?, ¿por qué no quieres mirarme a los ojos, ¿ por qué? no quieres abrazarme si tu también mueres por hacerlo como muero yo.
Ya son dos años de soledad paterna y tristeza al viento. La calle se acelera al ritmo de mi corazón al verte pasar, pero no me oyes y mucho menos me ves porque aun llevas puesto la venda del dolor comprensible. Y mi sonrisa se asoma tan tímida y con temor. Mis ojos se humedecen al seguir tu imagen a lo lejos.

Son segundos eternos de amor, mirada a distancia que se lo lleva el viento frio que estremece mi cuerpo al ver cuando pasas ciego ante mi figura, viento frio que siento cuando te alejas y sólo me quedo con los recuerdos que me exhortan a seguirte con mis búsqueda sigilosa .
Pero no me importa que el viento se lleve ese cariño a medias que se interrumpe al llegar a ti, no me interesa pensar en tus negativas ideas que se apoderaron de tu mente al irme de tu lado.
Vi el tiempo cruelmente ante mis ojos. Las horas eran inciertas y los segundos me dañaban porque venían con tus recuerdos. Los años regresaron a mi cuarto, proyectando el video mental de infancia vividos entre tus brazos y consejos.

Mis noches, tampoco son las mismas. Las veo desde un lugar diferente al tuyo, pero bajo el mismo cielo y con eso me conformo. Me alejé de ti, pero tu no lo hagas, porque sabes que te amo y tu a mi. No huyas de mí y déjame quererte un vez más, como antes…

sábado, 12 de julio de 2008

FUMÉMONOS UNA CONVERSACIÓN


Eran las tardes de cigarrillos, las últimas que recuerdo con nostalgia. Cigarrillos verdes, que en invierno nos unía.

La inocencia se quedó allí, ahogada por tanto humo, muerta con los pulmones destrozados, fatigada hasta extinguirse y nuevamente alejarnos. Tu camino resultó diverso geográficamente al mío.

Extraño las noches con forma de bicicleta bajo la lluvia, la vida entre claves se ciñeron a las tardes de comprar el pan, las noches sobre las piedras con historia, sabían bien cuando no había hazaña para la reunión.

Conversemos una vez más, enséñame una lección divertida con tu profesionalismo oculto. Escribe y escríbeme nuevamente como lo sabes hacer con tus aires de poeta humilde y enclaustrado. Trilingüe ya eres si no me equivoco, pero no te equivoques al saludarme, no me cambies las palabras que aun quiero tener tus claves.

No te olvides de los secretos blancos, recónditos e inocentes que aún guardamos en el mejor escondite de nuestros ocho años, mantenlos ahí hasta que volvamos a encontrarnos con más libros que intercambiar y más cigarrillos que fumar al platicar. No te confundas al disertar tu consejo más sublime, que oscile con tu risa de cada estación, con egoísmo al verano por favor.

Escribamos las canciones, o cartas que puedan caminar quince pasos hacia al frente. Escribamos sobre el cuaderno viejo con rimas que causan risa como la palabra “manzanilla”.

Que no se los lleve el humo con pereza que se queda en la mente y en las ganas de hacerlo una vez y otra vez. Timbra sólo una vez a mi casa que cenaré rápido a matar ese tiempo que nos ha separado. Timbra sólo una vez y haré mis cosas sin pensarlas, y poder hacer amigos en la noche. Tímbrame a casa sólo una vez y saldré por mi ventana para que nos sospechen de nuestros encuentros abusivos. Yo lo haré mañana por la noche, pero ven a buscarme y hallaré permiso. Si tu vas yo voy.

Fíate de mí, como siempre lo has hecho, pero agrégale mas fuerza que en los días venideros tendrás buen aura y no estaré. Pesan más los recuerdos que la cajetilla que cargo a tu nombre. Marchemos hasta esa tu oratoria clausurada por la interrogación de los demás. Caminemos hacia donde ya no hayan perjuicios y trasfondos turbios de los seres que más confiemos, no busquemos testaferros por favor, que no lo hallaremos.

Me vuelvo a la noche que nos dejaron solas. La noche que detestamos por minutos sin conocernos, el hacer nada abrió campo a la persona que influyó en mí en los sentidos existentes. Me vuelvo perdiendo el sentido real y encontrándote bajo la lluvia negra de mis añoranzas perdidas o dejadas en algún lugar.

Recojo mis pasos en cada cuadra del lugar que nos vio crecer. Recorro la calle que en algún momento fue espacio saturado de reuniones aforadas, siempre, siempre de noche, que incitaban a los inconvenientes blancos como nuestros secretos, blanco como el auto que se estacionó frente a nuestra sorpresa tras el grito que cayó en ti por confusión.

Me vuelvo ahora sola, ya sin cigarrillos, pero vuelvo a la no realidad con fotos y cartas que pasean por sitios casuales. Visítame, hazlo ahora.

TU AUSENCIA

La alegría tocó su puerta, el triunfo se asomaba con timidez por lares que nunca quise ver llegar. La idea no era concisa, los días no eran pensados pero las ganas de su lado, se ponían de pie, aunque la mayoría dudara.

Triunfo que iniciaba. Alocada por dejar su hogar, salió a extrañarnos más y valorar quizá algunos puntos que los ve desde otro ángulo ahora.

Y yo esperaba en la ventana a que regresara, cada fin de semana, porque las noches no eran las mismas, y quería escuchar su voz, quería cantar de noche con ella, quería que se fuera la luz para que me haga una casita acogedora con almohaditas. Quería pedirle permiso y derrumbarme sobre ella, saltar y crear una broma que le gustara hasta que riera sin parar…

La esperaba, queriendo vivir los pocos días que se prestaban para retomar los moentos distintos pero no ajenos.
Ella ya no estaba. Se fue y la casa quedó muy grande, se fue, y se llevó parte de mi sonrisa. En las mañanas desayunaba con su rostro a medio terminar, esperando que me dijera algo. Por las tardes la esperaba vanamente, alucinaba su destreza realizando sus tareas con esa mesura que la identifica y no se pierde, con esa concentración arcaica que sólo ella tiene. Las noches si eran pesadas, a ellas no podía engañar.

Quería ser como una bolsa perdida en la noche, tan frágil y sencilla para que el viento me llevase hacia ella y poder conocer su nuevo espacio. Adentrando a los nuevos límites de sus días. Frenéticamente triste por conocer si la pasaba mejor por allá que conmigo.

Ese primer mes se cayó en mí, los días pesaban y las noches no querían dormir. La demencia de tu ausencia trasladó mi habitación, para dormir con un mundo que fue tuyo cuando adolecías de todo un poco hasta querer alejarte. Tus objetos extraños siguen aquí, tú no estás, no te preocupes que te espero, no desesperes que falta poco. Yo aprendí a convivir con tu ausencia, yo aprendí a hacer bromas sin tu veredicto, yo aprendí a no treparme de tu cuerpo. Ahora, ¿me contarás que has aprendido?...

Hay bonanza incrustada en mi, sobre esos dos caminos, también la habita. Los días oscuros y las paredes negras se marcharon al ritmo de tu buena fe que nadie daba crédito.

El atuendo negro quedó en el colgador olvidado por la mujer que lleva un arma todos los días sin temor. Los tétrico paisajes de los caminos, ahora los traza con borceguíes pesados sobre el arenal. “La mamita” descolgó el teléfono de hogar, para camuflar su pequeño aparato entre colchones rotos. Y la comida escogida ahora la esconde para engullirla cuando el silencio la acompañe luego de las 9:00 pm. No hay mas púas en sus brazos, excepto por donde rampa.

Esta es una más para ti y para mi. Vi caminar esos cinco años, de los cuales cuatro llegué a entenderlos con una resignación moderada a la mentira. ¿A dónde irás ahora?
Que no se detengan tus pasos, y mucho menos que se alejen, bienvenida una vez más a este que paree tu segundo hogar, bienvenida a esta tu segunda habitación, bienvenida a lo civil, eso es falacia. Tu nuevo hogar de color verde te espera y bienvenida una vez más a la añorable ausencia de ti.

jueves, 10 de julio de 2008

¿QUIÉN ERES?

Alguien trató de hallarme poniendo al cielo y sus componentes a mi alcance, como si estuviesen dispuestos a ser alejados de la gravedad que los abraza. Entrégate solo y no seas cobarde. Entrégate a la verdad y no interpongas seres gravitacionales que dependen de otros.

Aprovecha el invierno que puede ser tu cómplice por algunos días. Conquista primero al tiempo que me ha robado mucho. Marca los días festivos con una sonrisa hecha mirada.

Alguien trata de encontrarme destruyendo al paso que va, como si el mundo fuera suyo. Porque no me hablas de poesía improvisada, porque no me obligas a que baile bajo la lluvia entre tu humo. Porque no me escribes oraciones complicadas pero bonitas, enredadas pero ciertas.

Alguien me presta alas que no quiero usar porque no quiero caer en la realidad en la que ya vivo. Como si por tus frases trilladas me convirtiera en ángel. Porque no me llamas como el 3,1416. Porque no me regalas un halls de luto que me haga sentir frio.

Que este invierno no entuma tu cerebro, camina en busca pero no me busques. Conquista primero al invierno que el hará su tarea de mensajero. Pero no obligues a tu cuerpo a soportar el hielo en aire.

Alguien me sigue acosadoramente y con ojos poseídos por sus días perdidos. Como si yo fuera su complemento sentimental perdido. Porque mejor no me prometes algo que no vas a cumplir, cumpliéndome con decírmelo. Porque mejor no jugamos a conversar en serio y sin mirarnos.

Porque no me enseñas tus letras de poeta con complejo de caballero de antaño. Porque no me enseñas como es que embriaga tu madrugada insomne y bailas conmigo al compas de la lluvia.

Alguien trata de hacer lo que tú haces, con acciones absurdas y en peligro de temor. Plantea mas alternativas, ¡vamos hazlo!, no te quedes de pie solo con el sueño sin sueño. Déjame el cigarrillo para después y mándame otra señal sin humo.

jueves, 26 de junio de 2008

DIME, CUÉNTAME, EXPLíCAME

Háblame de ese idioma extranjero que me permite estar a tu lado. Enséñame con tus intensos ojos negros que el pasar de las horas existen cuando estoy contigo. Explícame que los términos correctos y la pronunciación exacta se deben a tus finos desenlaces por segundos. Explícame cómo es que son eternos tus ojos cuando penetran los míos.

Escríbeme en idioma desconocido, hablemos del sentir de los minutos dentro de tus ojos, dentro de los míos. Ignora a ese que trata de aplicar su ley y desconcentrarnos del tema, ignora al que viene a dejarnos nada como conclusión, ese que vine y nos calla en pleno aprendizaje de miradas tiernas y de rostro ruborizado…

También enséñame a no ruborizar ante tu boca con olor a menta. Que no se te olvide enseñarme la manera de no debilitarme ante tus ojos que se agrandan cuando sienten dudas.
Ayúdame a no dejar de hablarte mientras me miras esperando que empiece con el ejemplo, permíteme sonreírte con cara de complicidad implícita.
Mírame mientras sea invierno, mírame más hasta atravesar tus lentes y llegar hasta esos tus ojos que dicen mucho con otro idioma que no explicas. Mírame cada día un poco más, hasta asimilar que ya no ocuparás el lado derecho de la mala clase. Mírame más, no dejes de hacerlo que me proyecto lejos y me gusta soñar despierta.

Cuéntame si vives en el mundo de invierno entre alcohol y humo de cigarrillos, dime si conoces la magia del momento que se llama soledad. Cuéntame si te gusta tanto la menta que llega a mi pasada las 2 y 30. Y dime si los versos de tus ojos son ciertos. Confiésate ante mi sonrisa nerviosa y mis perdidos ojos, confiésame que guardas un pequeño secreto inconcluso en el libro rojo y señálame la dirección incierta de tus pasos casi extraviados.

Camina un poco más conmigo, acompáñame a seguir pensándote en vivo y a no tener que llevarte encima de mis problemas, mientras recorro ese camino hastiado de mis pasos. Esas nueve cuadras reclaman los tuyos y no sé que excusa poner en cada pisada con tu ausencia.
Háblame más, que disfruto del compás de tus labios y tus ojos que se entre cierran con tu olor a menta que parece tan mío.

Háblame así tan paciente y sin subir la voz, para que no nos interrumpan, háblame y mírame que me quiero escapar del cansado día vivido, sigue mirándome hasta ya no encontrarme como unidad. Voy a desdoblarme para que te lleves la mitad completa de mi ser. Perderé el pudor y el rubor que nunca uso, te miraré y hablaré sin dudar de mis palabras originales. Me iré y viviré en tus ojos.

lunes, 26 de mayo de 2008

BRINDO POR TI

Quiero mencionarte en estos párrafos que se excitan al tenerte por escrito. Hoy te menciono una vez más y sin cansarme de recordar tu corta vida bien vivida; te hago punto de atracción y brindo por ti.
Eh jugado contigo casi nada, he reído más veces que mi propia edad y eh llorado más de lo normal ante tu fuerte postura. He corrido por temor y eh vuelto a llorar por tus lágrimas caídas o por caer. Te menciono hoy porque eres una fuerza contagiante e innata. Te menciono hoy, te mencionaré mañana también, no por relación sanguínea demasiado estrecha. Te menciono hoy, y brindo por ti.
Es fácil cavilar cuando se está a tu lado, propones temas con tu silencio y tu mirada penetrante me lleva a la ambigüedad de tu ser.
No rio tanto si no estás de franco. El mago de la vida sabe que puedo entregarte la mía sin pensarlo, he jugado mucho sin ti, y hoy hago gala a tu nombre, necesito expresar lo que sé sentir y lo que aprendí a sentir. Mi prosa no basta, por eso, brindo por ti.
Hoy pienso que el lado bohemio te lo quité yo, te los arrebaté sin consultar, no es protesta lo que puedas escucharme decir, no es rencor por andar así, mi esperanza eres tú, y dependo de ti aunque mi seudo independencia proclame lo contrario. Brindo por ti.
Quiero mencionarte en este ultimo párrafo también porque creo conveniente culminar parte de mi vida contigo, te proclamo no en un texto inspirado y hallado en la oscuridad de tu habitación, te menciono siempre una vez más, te llamo a mi modo de ser y actuar, te consagro sin bendición, tu divinidad es congénita, por eso y más; brindo por ti.

sábado, 24 de mayo de 2008

OJOS

Mis ojos secuestraron a los tuyos por un instante, cuando los descuidaste hablándome de la vida tan grata como hoy, tus ojos reflejaban eso tan inexplicable y el verde me agrada desde que los vi en la primaria.
Desconozco tus labios ahora, el tiempo ha permitido olvidar su sabor puro y adorable de esos días entrañables. Tus ojos, tus ojos siguen encantando a donde vayas, tu mirada le sigue el juego. Mis recuerdos vagos se filtran en tus ojos que saben aprovecharse de la debilidad de los míos.
Pero tranquilo, no te asustes, que eso de jugar con los ojos de tu alma es imposible ahora. Siéntete cómodo, que ya los días de tu ausencia me explicaron el modo de tu vida futura, el viento me dijo que ya tienes tus días planeados, diversos a los míos lejanos hasta en la imaginación, creados a tu modo, y tan difusos a mi parecer.
Pisa fuerte que te conozco bien, camina despacio como lo sabes hacer…
Que luego de días ignorados te veré una vez más a saludarte, y plantear tus puntos y los míos de cualquier tema.
Lamento algo tarde el no actuar adecuadamente ante tus ojos que son los mismos por dentro y por fuera, lamento haber logrado que cambien de color con su humedad, lamento los pasos que dimos por mi estúpida inmadurez que es comprensible a la edad.
Ya es ajeno a los dos, la situación es otra…
Pero tranquilo, no te asustes, que eso de verte seguido se alejará de nuestro espacio geográfico. Trata de sentirte cómodo ahora que lo necesitas, llévate los últimos días de reencuentro , llévate mi cara de alegría, llévate los momentos escolares del atardecer… llévate también mis planes desconocidos, algún día lo necesitaré, y te lo cuestionaré para una ayuda más… Hasta pronto ojos.

sábado, 10 de mayo de 2008

NOCHE

Salgo de noche, camino sin rumbo y miro al cielo. Sólo ahí logro encontrarme, sólo ahí puedo despejarme, sólo así puedo suplicarle a la lluvia a que me toque una vez más.

El cielo está negro, y no es luto el que viste, la noche se ve triste, mis ojos captan lo que transmiten, la lluvia me acompaña, y es perfecto el panorama…

Salgo de noche porque disfruto de la sombra gigante que oculta mis penas, camino bajo la lluvia porque puede lavar mi rostro de tantas lágrimas caídas.
Ese es mi paisaje exacto, al que puedo mirar y no observar, al que puedo conversarle con plena libertad, al que no me cansaría de mirarlo, hasta verlo desaparecer…
Porque está perfectamente creado, está hecha para mí, porque fue pensado y diseñado a dar confiabilidad y discreción en esa etapa oscura de los días…

Es dulce su contagiante melancolía, es tierna su tenebrosa oscuridad, y es el paisaje preciso que añoro en mis días de verano con sabor a soledad.

Me libero del mal carácter que me acoge cada tarde de soleada, huyo de mi capricho, libero mi seudo poeta que llevo dentro, y todo se lo debo a ella, a esa noche que es mi cómplice perfecta de cada día inquietante, porque si ella no existiera, ya no viviría para contar que la noche es mi complemento eterno.

Sigo caminando y no me canso de su excitante compañía, camino bajo su ausencia de color, pintando de pasos enigmáticos que van acorde de sus segundos. Me lleno de frío interno y mi piel luce indescriptible.

Voy paso tras paso, voy con las manos en los bolsillos, sigo con la mirada sobre la nada, como perdida, sigo fiel a ella, ella que luce tan clara y casi perfecta. Me marcho con ella, a esperar su retorno de doce horas, me marcho con ella y no me despego más, se va, porque sabe que debo descansar, se va, y la dejo ir, porque sé que regresará.
Sigo caminado entonces, despidiéndome a cada paso que doy, a cada pisada que marco con desgano.

Ese es, mi paisaje favorito, eterno para mi, efímero para otros, esa es la noche, bendita noche que conspira enigmáticamente, bendita noche que camina con el, como yo lo hago con ella.

miércoles, 16 de abril de 2008

A PABLO NERUDA

“Puedo escribir los versos más tristes de esta noche”, como lo dijo Neruda,
Pero esta noche estoy tan triste que sólo puedo escribir estas miserables líneas,
líneas que de repente no guardan sentido alguno.

Estoy segura que Neruda tampoco me entiende,
Porque para él, “la noche está estrellada”,
Y para mí, la noche ni siquiera tiene estrellas.

El cielo es mi alma,
Tan oscura y callada,
Tan sola y melancólica.

Pablo pudo escribir sus versos más tristes de esa noche,
Pero yo los escribo siempre,
Pues siempre mis versos son tan tristes…
… tan tristes como mis noches.

lunes, 14 de abril de 2008

TE ESPERO


Él, no sabe que lo espero desde hace mucho tiempo. Él, no sabe que su mundo será cruel, su inocencia no dejará que conozca el verdadero rostro amargo que tiene la vida, y no podré abstraerlo a mi circundante hábitat, pero lo espero…

Llegará con género masculino, pronuncio su tercera persona en cada conversación. Lo espero porque muero por sentir su cuerpecito frágil entre mis brazos, besándolo, acariciándolo y muriendo por él cuatas veces sea posible…

Llegará a cambiarme la vida, lo ataré a mi cuerpo, a mi pecho para que se alimente de mi, caminaré de su manito, enseñándole que él lo puede todo si se lo propone, le cantaré con la mejor voz que logre obtener para él, me inventaré los juegos sólo para gozar de su risita tan suave destacando los hoyitos de su rostro, bailaré con él y para él cuando se haga presente con sus primeros pasitos zigzagueantes.

Extraño su presencia que nunca existió, sufro porque no puedo conocerlo aún, muero una vez más porque mis padres no lo anhelan como yo, y hablo una vez más de ese pequeño ser que habita en el vientre de mi imaginación.

Te espero, vendrás a conocerme. Te espero, el tiempo se encargará de traerte. Y mientras te espero acompañada de los segundos saturados de ansiedad, te escribo también porque tu mami adora hacerlo, te escribo porque cuando aprendas a leer, tu primer ejercicio será repasar estas líneas que se llenan de angustia esperando tu llegada, te escribo porque así te demuestro mi primer cariño anticipado que guardaré y cultivaré día tras día, te escribo porque ignoro muchas cosas tuyas, te escribo para decirte que no le temas a la vida, pues yo siempre estaré a tu lado…

Ahora te dejo sin que antes hayas llegado, pero te dejo porque tengo que seguir planeando tu llegada a mi vida, te dejo sólo por unos años mientras tu decidas acompañarme eternamente, te dejo porque mami tiene muchas cosas que hacer, pero no te preocupes, cuando hayas decidido aparecer ante el mundo y en mi mundo, ya nada importará… sólo tú.

domingo, 13 de abril de 2008

SOÑARÉ

Creo que soñaré una vez más hasta cansarme de tu rostro y labios no precisos a blanco y negro.
Soñaré una vez más hasta abolir tu imagen sarcástica y la haré crónica para mi colección.
Soñaré hasta no querer soñar más…
Y será mi sueño el único factor exultante de cada noche; la misma que nos vio juntos y que hoy se presta al sueño del olvido eterno.

CARTA

Hola, ¿recuerdas nuestro juego?, si, ese que consistía en caminar juntos y de la mano, ese que sólo nos veríamos durante tus vacaciones, ese que durante tus días de descanso me propusiste conocerte más. Ese que durante tres años no quise jugar, porque no sabía las reglas…

Ahora te escribe mi tristeza, mi soledad y mis ganas de verte, ahora ellas caminan siempre de la mano, caminan como nosotros lo hacíamos, se protegen como cuando tú me protegías del sol…

Te contaré que aquí es terrible el sol, es una tarde muy calurosa, de esas que odio porque sabes que el sol me daña, de esas que odio más aún, porque ya no estás, y porque nadie puede salvaguardarme ahora.

Te escriben mis sentidos una vez más, y su destino no es exacto, el sentido de esta carta no lo encuentro, pero mis escritos son para ti.

Aquí no llueve como allá, y la pequeña garúa que nos visitó los últimos días se fueron contigo. Aún espero la llovizna que nunca la sentí a tu lado. Me golpea el silencio de tu risa, destruye mi corazón la razón que hallo en mi mente, que encuentro en tu partida, o a tu llegada al otro lado de mi mundo.

Ahora camino sola, y lo sabes. No te espero porque no me fío en ese diciembre incierto, no te espero porque tu retorno, quizá no sea igual que al primer mes con esos ocho días maravillosos, no te espero porque el mundo está en constante cambio, y nosotros pertenecemos al mundo, y tu cambias, y yo cambio, y le temo al cambio…

Y aunque no te espero, aguardo tu llegada muy dentro de mi, y lo guardo para que nadie se entere de que te espero, y te espero porque nuestro juego quedó inconcluso, te espero porque no se el final de la historia, te espero porque tengo esperanza en tu manera de llevar la vida paralela a la mía, te espero porque también espero mis rosas a la salida de clases, te espero porque nadie reniega conmigo tan dulcemente, te espero porque nadie me protege como tú, te espero porque no hallo solución a mis pequeños problemas, te espero porque no puedo disfrutar una película sin ti… Y te espero porque a nadie le puedo decir Te Quiero

También te escribe mi rebeldía, que camina a tu modo de ser, te habla mi capricho que ya una vez conociste por media hora de retrazo… Aquí hay recuerdos saturados de belleza, aquí los recuerdos me persiguen a donde vaya, allá no existen, allá nunca estuve contigo y de tu mano, allá sólo te los llevaste en la maleta que quizá algún día los disipes…

¿Recuerdas nuestro juego?... y aunque estés al día siguiente de mis días presentes, yo trataré de pensar igual que tú, trataré de ver los días con más calma, trataré de esperar la segunda parte del juego, y trataré de decirte Te Quiero a lo lejos.

La llaman Cinthya

Ella, con dos años más de experiencia, puede sobrevivir ante tanta crueldad en su pequeño mundo parametrado. Reniega, llora, grita, corre, se cae, se levanta, llora otra vez… y ríe cuando regresa a casa luego de repetir la secuencia muchas veces durante seis días…

Es otra al cambiar de escenario, aquí no tiene dos años más de experiencia, aquí nacimos juntas. Ríe, sueña, se enamora, respira, opina, se expresa como quiere… y es feliz…

Su rostro no ha cambiado, su sensibilidad ha sido mutilada para ellos, esos que correr, gritan y golpean todos los días. Su sensibilidad es nula ante los ojos de esos que llevan otro tipo de galones que representan superioridad. Porque no puede desistir, ni mostrarse tal y como es. Ella respira hondo y sigue su camino, camino que trazó desde niña, camino que la agobia, que la preocupa, pero sabe que eso venía incluido en su sueño.

Su vida peligra en cualquier lugar, sabe a lo que se expone, y a veces no, ignora enfermedad alguna que pueda complicar su rutina. Ignora que ya una vez, estuvo dependiendo sólo de tubos artificiales que se posaban junto a ella, y que de esa forma le daba un aspecto triste y doloroso a su misma sangre.

Ella enrumba cada domingo hacia su segundo hogar, se marcha con tristeza en el rostro, se va con mirada casi perdida e inconclusa. Sabe que no pisará su verdadera morada durante seis días, sabe también que debe de corregir sus faltas y no cometerlas ante sus incoherentes superiores, porque de lo contrario le darán donde más le duele, donde siente más la herida, y que por más sangre tozuda que tenga, no le servirá de nada. Y así, se muerde los labios y se traga su orgullo, no tiene alternativa allí dentro, no sabe que es opinar y desconoce la libertad.

Su caminar ha sido preparado, está rígida todo el tiempo, alerta a cada momento, habla distinto, las groserías han llegado a sus labios de tanto mordérselos, es más brusca ahora, no se si juega o golpea en realidad.

Con sólo dos años de experiencia, ella busca protegerme como cuan patria está destinada a esos cuidados, está en constante vigilia, pero yo diría que me vigila, y no duerme hasta escucharme decir: “estoy bien, no te preocupes manita”.