miércoles, 16 de abril de 2008

A PABLO NERUDA

“Puedo escribir los versos más tristes de esta noche”, como lo dijo Neruda,
Pero esta noche estoy tan triste que sólo puedo escribir estas miserables líneas,
líneas que de repente no guardan sentido alguno.

Estoy segura que Neruda tampoco me entiende,
Porque para él, “la noche está estrellada”,
Y para mí, la noche ni siquiera tiene estrellas.

El cielo es mi alma,
Tan oscura y callada,
Tan sola y melancólica.

Pablo pudo escribir sus versos más tristes de esa noche,
Pero yo los escribo siempre,
Pues siempre mis versos son tan tristes…
… tan tristes como mis noches.

lunes, 14 de abril de 2008

TE ESPERO


Él, no sabe que lo espero desde hace mucho tiempo. Él, no sabe que su mundo será cruel, su inocencia no dejará que conozca el verdadero rostro amargo que tiene la vida, y no podré abstraerlo a mi circundante hábitat, pero lo espero…

Llegará con género masculino, pronuncio su tercera persona en cada conversación. Lo espero porque muero por sentir su cuerpecito frágil entre mis brazos, besándolo, acariciándolo y muriendo por él cuatas veces sea posible…

Llegará a cambiarme la vida, lo ataré a mi cuerpo, a mi pecho para que se alimente de mi, caminaré de su manito, enseñándole que él lo puede todo si se lo propone, le cantaré con la mejor voz que logre obtener para él, me inventaré los juegos sólo para gozar de su risita tan suave destacando los hoyitos de su rostro, bailaré con él y para él cuando se haga presente con sus primeros pasitos zigzagueantes.

Extraño su presencia que nunca existió, sufro porque no puedo conocerlo aún, muero una vez más porque mis padres no lo anhelan como yo, y hablo una vez más de ese pequeño ser que habita en el vientre de mi imaginación.

Te espero, vendrás a conocerme. Te espero, el tiempo se encargará de traerte. Y mientras te espero acompañada de los segundos saturados de ansiedad, te escribo también porque tu mami adora hacerlo, te escribo porque cuando aprendas a leer, tu primer ejercicio será repasar estas líneas que se llenan de angustia esperando tu llegada, te escribo porque así te demuestro mi primer cariño anticipado que guardaré y cultivaré día tras día, te escribo porque ignoro muchas cosas tuyas, te escribo para decirte que no le temas a la vida, pues yo siempre estaré a tu lado…

Ahora te dejo sin que antes hayas llegado, pero te dejo porque tengo que seguir planeando tu llegada a mi vida, te dejo sólo por unos años mientras tu decidas acompañarme eternamente, te dejo porque mami tiene muchas cosas que hacer, pero no te preocupes, cuando hayas decidido aparecer ante el mundo y en mi mundo, ya nada importará… sólo tú.

domingo, 13 de abril de 2008

SOÑARÉ

Creo que soñaré una vez más hasta cansarme de tu rostro y labios no precisos a blanco y negro.
Soñaré una vez más hasta abolir tu imagen sarcástica y la haré crónica para mi colección.
Soñaré hasta no querer soñar más…
Y será mi sueño el único factor exultante de cada noche; la misma que nos vio juntos y que hoy se presta al sueño del olvido eterno.

CARTA

Hola, ¿recuerdas nuestro juego?, si, ese que consistía en caminar juntos y de la mano, ese que sólo nos veríamos durante tus vacaciones, ese que durante tus días de descanso me propusiste conocerte más. Ese que durante tres años no quise jugar, porque no sabía las reglas…

Ahora te escribe mi tristeza, mi soledad y mis ganas de verte, ahora ellas caminan siempre de la mano, caminan como nosotros lo hacíamos, se protegen como cuando tú me protegías del sol…

Te contaré que aquí es terrible el sol, es una tarde muy calurosa, de esas que odio porque sabes que el sol me daña, de esas que odio más aún, porque ya no estás, y porque nadie puede salvaguardarme ahora.

Te escriben mis sentidos una vez más, y su destino no es exacto, el sentido de esta carta no lo encuentro, pero mis escritos son para ti.

Aquí no llueve como allá, y la pequeña garúa que nos visitó los últimos días se fueron contigo. Aún espero la llovizna que nunca la sentí a tu lado. Me golpea el silencio de tu risa, destruye mi corazón la razón que hallo en mi mente, que encuentro en tu partida, o a tu llegada al otro lado de mi mundo.

Ahora camino sola, y lo sabes. No te espero porque no me fío en ese diciembre incierto, no te espero porque tu retorno, quizá no sea igual que al primer mes con esos ocho días maravillosos, no te espero porque el mundo está en constante cambio, y nosotros pertenecemos al mundo, y tu cambias, y yo cambio, y le temo al cambio…

Y aunque no te espero, aguardo tu llegada muy dentro de mi, y lo guardo para que nadie se entere de que te espero, y te espero porque nuestro juego quedó inconcluso, te espero porque no se el final de la historia, te espero porque tengo esperanza en tu manera de llevar la vida paralela a la mía, te espero porque también espero mis rosas a la salida de clases, te espero porque nadie reniega conmigo tan dulcemente, te espero porque nadie me protege como tú, te espero porque no hallo solución a mis pequeños problemas, te espero porque no puedo disfrutar una película sin ti… Y te espero porque a nadie le puedo decir Te Quiero

También te escribe mi rebeldía, que camina a tu modo de ser, te habla mi capricho que ya una vez conociste por media hora de retrazo… Aquí hay recuerdos saturados de belleza, aquí los recuerdos me persiguen a donde vaya, allá no existen, allá nunca estuve contigo y de tu mano, allá sólo te los llevaste en la maleta que quizá algún día los disipes…

¿Recuerdas nuestro juego?... y aunque estés al día siguiente de mis días presentes, yo trataré de pensar igual que tú, trataré de ver los días con más calma, trataré de esperar la segunda parte del juego, y trataré de decirte Te Quiero a lo lejos.

La llaman Cinthya

Ella, con dos años más de experiencia, puede sobrevivir ante tanta crueldad en su pequeño mundo parametrado. Reniega, llora, grita, corre, se cae, se levanta, llora otra vez… y ríe cuando regresa a casa luego de repetir la secuencia muchas veces durante seis días…

Es otra al cambiar de escenario, aquí no tiene dos años más de experiencia, aquí nacimos juntas. Ríe, sueña, se enamora, respira, opina, se expresa como quiere… y es feliz…

Su rostro no ha cambiado, su sensibilidad ha sido mutilada para ellos, esos que correr, gritan y golpean todos los días. Su sensibilidad es nula ante los ojos de esos que llevan otro tipo de galones que representan superioridad. Porque no puede desistir, ni mostrarse tal y como es. Ella respira hondo y sigue su camino, camino que trazó desde niña, camino que la agobia, que la preocupa, pero sabe que eso venía incluido en su sueño.

Su vida peligra en cualquier lugar, sabe a lo que se expone, y a veces no, ignora enfermedad alguna que pueda complicar su rutina. Ignora que ya una vez, estuvo dependiendo sólo de tubos artificiales que se posaban junto a ella, y que de esa forma le daba un aspecto triste y doloroso a su misma sangre.

Ella enrumba cada domingo hacia su segundo hogar, se marcha con tristeza en el rostro, se va con mirada casi perdida e inconclusa. Sabe que no pisará su verdadera morada durante seis días, sabe también que debe de corregir sus faltas y no cometerlas ante sus incoherentes superiores, porque de lo contrario le darán donde más le duele, donde siente más la herida, y que por más sangre tozuda que tenga, no le servirá de nada. Y así, se muerde los labios y se traga su orgullo, no tiene alternativa allí dentro, no sabe que es opinar y desconoce la libertad.

Su caminar ha sido preparado, está rígida todo el tiempo, alerta a cada momento, habla distinto, las groserías han llegado a sus labios de tanto mordérselos, es más brusca ahora, no se si juega o golpea en realidad.

Con sólo dos años de experiencia, ella busca protegerme como cuan patria está destinada a esos cuidados, está en constante vigilia, pero yo diría que me vigila, y no duerme hasta escucharme decir: “estoy bien, no te preocupes manita”.