viernes, 21 de enero de 2011

Cinco momentos calificados

a) Recuerdo la música, los tragos y a los colegas vacilándose aquella noche del 1 de octubre. El casino Atlantic de Miraflores nos recibía. A mí por primera vez. Recuerdo el wisky, el vino y el pisco sour. Bailé, tomé y hasta el momento ando en proceso derecobrar más recuerdos.

b) Ya había caído la noche. Salía del trabajo y me sorprendióverlo caminando por la acera derecha, solo, despacio, como examinando cada uno de sus pasos. Quise correr con él a la playa y no puso impedimento alguno para hacerlo.

c) Terminé mi rutina de baile esa tarde del 15 de agosto de 2007. En medio de la gente alarmada llegué a casa. El fuertemovimiento terminó por destruír las botellas de vino que gurdaba en mi pequeño bar.

d) Mi jefa, una mujer serena y carismática terminó por reventar mi celular y de paso mi oído mientras me llamaba la atención por un anota errónea que redacté. En mi afán de excusarme, culpé a la corresponsal, que no dudó en regresarme la culpa. Claudia, otra de las redactoras intervino en la discusión a salvarme de esta.

e) Ser mesera a los 14 me entusiasmaba demasiado. Sería mi primertrabajo. Estaba lista, sabía que lo haría bien. "No te falta nadaen casa, no tienes por qué trabar", me dijo mi padre y dio porteminada la conversación.

lunes, 17 de enero de 2011

CITAS QUE NO DIJE EN EL BAILE


Yo me perdí en tu cuerpo, en tu forma de bailar: “Usted se mueve a mi compás”, le dije sin hablar para no sonrojarme esa noche en la que por primera vez tocó mis manos y yo las suyas.


Sus movimientos eran lentos y delicados. En tanto yo, me perdí en el tiempo danzando de sus manos que rosaban mi cintura: “No me sueltes, que llevamos media hora sin perder el paso”, le advertí con los ojos para que no me oyera ni descubriera el interés de robarme su mirada durante todo el baile.


Su rostro jugaba a conversar con el mío. Muy cerca. Quise asesinar esos milímitros de espacio vacío que nos separaban: “No te vayas y bailemos toda la noche que me estremece el aire enigmático que emerge de nuestros cuerpos”, le propuse sin palabras para que no descubriera mi ganas locas de no abandornar la pista, de no alejarme de sus manos, de su aliento, de seguir bailando con él.