Si mis labios y mis manos te tocan.
No miento.
Escucha mis silencios.
Oye cómo gritan te quiero.
Tengo la sensación de saber donde estoy pero, siempre olvido mis coordenadas.
Tengo una brújula en el cajón derecho que ya no me sirve, nunca me sirvió.
Tengo un mapa oculto en alguna parte de mi habitación -más oculto que tú- y, pienso que no me ayudará en nada.
También tengo frío para regalarte, tengo cuentos que contarte
Noches sin frío que son incómodas.
Tengo una sombra que se dibuja mientras no estás,
Tengo un sueño por cumplir y te tengo implícito para soñar.
Tengo una tristeza excitantemente estancada en algún lado de mi pecho, apunto de dejarla ir y no querer soltarla.
Tengo que eso que llaman: soledad,
Tengo una tierna historia que proviene del rincón de tus pensamientos. Tengo un lápiz muy usado que te sigue escribiendo sabiendo que no estás.
Y cuando sus cabellos protagonizaron el momento preciso de encanto amor, la tarde se hizo eterna ante sus ojos tímidos. Él sólo pudo acariciarla, tocarla muy despacio, como cuidando a que no se rompa, claudicando su egoísmo ante sus mejillas nerviosas. Ella en una estatua se convirtió.
Fue el momento preciso para decir te quiero. La tarde, su piel, su aroma, las luces tenues, las copas de vino. Fue el momento esperado creado por la naturaleza de sus almas.
La tarde se hizo más inmensa que el mar, sus olas habitaban en los cabellos al viento que jugaba tiernamente a despeinarlos. El silencio en su cuerpo fue la mejor melodía inspirada en los dos. Sus ojos envueltos de miel miraron los pares negros que ella tiene.
Ella despertó.
¡Que más da! -piensa la señorita-. Qué más da concluir lo que no inició...
La experiencia se va, queda el recuerdo aprendido
Los momentos se van, sólo queda la noche,
Los besos se olvidan, quedan tus labios.
Los abrazos se los lleva el viento, sólo quedan las estrellas con quien jugar…
Que más da llorar por ti, por mí, si lo hice en silencio mientras tú dormías.
¡Qué puedo hacer! -dice el jovencito- encogiendo los hombros
Los días pasan, y los nuevos se hacen presentes
Los ojos cambian de dirección, y sólo quedan las miradas como fotografías de recuerdo.
Incrustada en la Inefabilidad, nace en primera instancia bajo presión de un profesor, para aprobar el curso. Ahora que nació, le puse el mismo nombre a este blog, con el fin de dar a conocer mi pasatiempo favorito, escribir.