domingo, 13 de abril de 2008

CARTA

Hola, ¿recuerdas nuestro juego?, si, ese que consistía en caminar juntos y de la mano, ese que sólo nos veríamos durante tus vacaciones, ese que durante tus días de descanso me propusiste conocerte más. Ese que durante tres años no quise jugar, porque no sabía las reglas…

Ahora te escribe mi tristeza, mi soledad y mis ganas de verte, ahora ellas caminan siempre de la mano, caminan como nosotros lo hacíamos, se protegen como cuando tú me protegías del sol…

Te contaré que aquí es terrible el sol, es una tarde muy calurosa, de esas que odio porque sabes que el sol me daña, de esas que odio más aún, porque ya no estás, y porque nadie puede salvaguardarme ahora.

Te escriben mis sentidos una vez más, y su destino no es exacto, el sentido de esta carta no lo encuentro, pero mis escritos son para ti.

Aquí no llueve como allá, y la pequeña garúa que nos visitó los últimos días se fueron contigo. Aún espero la llovizna que nunca la sentí a tu lado. Me golpea el silencio de tu risa, destruye mi corazón la razón que hallo en mi mente, que encuentro en tu partida, o a tu llegada al otro lado de mi mundo.

Ahora camino sola, y lo sabes. No te espero porque no me fío en ese diciembre incierto, no te espero porque tu retorno, quizá no sea igual que al primer mes con esos ocho días maravillosos, no te espero porque el mundo está en constante cambio, y nosotros pertenecemos al mundo, y tu cambias, y yo cambio, y le temo al cambio…

Y aunque no te espero, aguardo tu llegada muy dentro de mi, y lo guardo para que nadie se entere de que te espero, y te espero porque nuestro juego quedó inconcluso, te espero porque no se el final de la historia, te espero porque tengo esperanza en tu manera de llevar la vida paralela a la mía, te espero porque también espero mis rosas a la salida de clases, te espero porque nadie reniega conmigo tan dulcemente, te espero porque nadie me protege como tú, te espero porque no hallo solución a mis pequeños problemas, te espero porque no puedo disfrutar una película sin ti… Y te espero porque a nadie le puedo decir Te Quiero

También te escribe mi rebeldía, que camina a tu modo de ser, te habla mi capricho que ya una vez conociste por media hora de retrazo… Aquí hay recuerdos saturados de belleza, aquí los recuerdos me persiguen a donde vaya, allá no existen, allá nunca estuve contigo y de tu mano, allá sólo te los llevaste en la maleta que quizá algún día los disipes…

¿Recuerdas nuestro juego?... y aunque estés al día siguiente de mis días presentes, yo trataré de pensar igual que tú, trataré de ver los días con más calma, trataré de esperar la segunda parte del juego, y trataré de decirte Te Quiero a lo lejos.

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