domingo, 15 de noviembre de 2009

SOLEDAD


Estoy tranquila, serena, buscando aún mi soledad. Buscándome para encontrarte. Encontrándome para correr a esperarte. Caminando con mí propia sombra y observándote a la distancia. Probando otros labios para –por fin- disfrutar de los tuyos.

Sigo bailando, ensayando los pasos que sincronizarán con los tuyos. El choque de nuestros mundos no es una desgracia general, sólo es inminente.

Voy aguardando tus ojos. Te estoy pensando. Te he pensado tanto, que creo que existes. Y te voy escribiendo. Los verbos resultan ser mejores que los sustantivos… No me apresuro, no lo hagas tú.

Mantente alejado y disfruta de tu soledad…

Estoy navegando en tus aguas desconocidas. Intentando nadar y de no ahogarme porque no vendrás a salvarme, por ahora.

Ocúltate de todos, aléjate pero no te aísles de los demás. Encúbrete bajo la oscuridad, ahí estaré, ahí me verás.

Piérdete, aléjate, búscate. Quiero verte florecer, a lo lejos. Siempre a lo lejos. Verte caminar lleno de ti, contigo mismo y sin mí. Te veo caminar sombrío, lleno de invierno y con frío.

Voy a descubrirte, mientras tanto, disfruta de tu soledad…

Estúdiate, enséñame a sumar tus secretos con los míos. Analízate, piensa que existo, cree que existo. Encuéntrate, encuéntrame, pero no me busques.

Te entiendo y sé que no estás. Disfruta de tu soledad, esa mal interpretada soledad, la dañada con lágrimas, la consignada de tristeza. La mal llamada “triste soledad”, la señalada como el terror de la vida. La vida es soledad.

No hay comentarios: