No te culpo. Es mi recalcitrante cabeza que se aferra a conservar cada movimiento tuyo,
No me culpo. Me hicieron tan flexible ante eso que le llaman amor… no le tomo importancia ya.
Pero déjame culpar a la noche. Esta vez le toca ser autora principal del suceso más tierno de mi vida, haberte visto. Hoy, es ella la culpable de que vuelva a escribir y a soñar sin poder dormir.
Si ella se alió a tus manos, y tu sonrisa fue parte de la historia conspirada, la perdono.
Si ella creó el cruce de miradas incansables, la exculpo.
Si ella, por ser autora confesa del hecho que crea una nueva historia, me regaló la mejor de sus noches, no habrá sanción que la castigue.
domingo, 9 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Igual siempre puede ser que venga cualquiera y la castigue, tantas culpas tiene la noche como estrellas tiene el mar.
La culpa es un mito... es la simple defesa de lo que deseamos e el fondo aunque sea peligroso
saludos
andrés
Publicar un comentario